Consecuencias de los excesos en Navidad

Nacho de la Maza
Actualizado: 31/07/2024 228
Consecuencias de los excesos en Navidad
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¿Quién no se ha excedido estas fiestas comiendo y bebiendo sin control? ¿Y quién no se ha propuesto que a partir del 7 de enero empezaría a cuidarse? Los abusos alimenticios de las fiestas de Navidad no solo afectan a la báscula sino que pueden provocar problemas cardiovasculares que perjudiquen gravemente la salud. Según las estadísticas, durante las fiestas navideñas comemos entre un 30% y un 50% más, lo que se traduce en la ingesta de más de 1.000 kcal. extra diarias. Este aumento del consumo de alimentos (en la mayoría de los casos alimentos no demasiado sanos) puede suponer un aumento de peso de unos 3 kilos de peso en poco más de 15 días (alrededor de 18.000 kcal. extra).

Una alimentación desequilibrada de forma continuada puede tener consecuencias que van desde leves (un simple empacho) a muy graves (ictus, infarto de miocardio, diabetes o accidentes cerebro-vasculares). Estos excesos afectan sobre todo a las personas mayores, ya que en combinación con otro tipo de dolencias como la hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia u osteoporosis, aumenta el factor de riesgo. Según un estudio de la Fundación Española del Corazón (FEC), las mujeres tienen más probabilidad de padecer un trastorno cardiovascular, siendo la primera causa de mortalidad con un 35%, frente al 31% en los hombres. Los hombres no están exentos de riesgos. Los excesos en la ingesta de alcohol y de productos con alto contenido en grasa pueden provocar disfunción eréctil. El 65,5% de los hombres entre 18 y 35 años que sufren el conocido como ‘gatillazo’ se debe a estos excesos.

Cuidado con las dietas milagro después de Navidades

Una vez pasadas las fiestas, te das cuenta de esos kilos de más que has cogido y que con toda seguridad querrás perder de vista lo antes posible. Es cuando aparecen las dietas milagro o dietas hipocalóricas. Son dietas que prometen una rápida pérdida sin realizar apenas esfuerzo. Se caracterizan básicamente por una alimentación con un exceso de proteínas (pescado, huevos o carne), dejando de lado los hidratos de carbono presentes en frutas, verduras cereales o lácteos. Pero no todo es tan bonito como lo pintan. Estas dietas tienen muchos problemas que afectan a la salud de las personas. Las ‘dietas milagro’ provocan un aumento del colesterol y del ácido úrico, lo que puede provocar gota y descalcificación ósea. También los riñones sufren por la ingesta masiva de proteínas y su sobrecarga puede provocar problemas en las articulaciones. También afectará a tu estado de ánimo (cansancio, irritabilidad y mal humor) debido a la falta de energía.

El efecto rebote de las dietas milagro

Este tipo de dietas suelen tener un gran inconveniente y es la rápida recuperación del peso perdido. Es lo que se conoce como el efecto rebote. Es por esto que los especialistas médicos y expertos en nutrición recomiendan huir de las ‘dietas milagro’ y crear unos hábitos alimentarios adecuados. Una señal muy clara de la poca eficacia de estas dietas es la ausencia de estudio científico alguno que avale sus resultados. Por todo esto, las dietas siempre deben realizarse bajo el control de un especialista que pueda recomendar los alimentos más adecuados en cada caso particular, previo estudio del paciente. Si seguimos una dieta controlada, nuestra salud no correrá riesgos y favorecerá la pérdida paulatina de peso. Lo recomendable es perder un máximo de entre un 3% y un 5% del peso total por mes.

Buenos hábitos alimenticios, la mejor dieta

Comer 5 veces diarias de forma moderada (incluso controlando el peso de los alimentos que ingerimos, si fuera necesario), beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día y realizar alguna actividad física son las bases para una alimentación sana y estar en forma. Hay que dedicarle especial atención a la práctica de ejercicio. Es recomendable practicar al menos 30 minutos de ejercicio diario de cualquier tipo, como caminar, montar en bicicleta, nadar, etc. Esto hará que el riesgo de sufrir diabetes, obesidad, hipertensión o enfermedades cardiacas se reduzca. También nos permite una mayor flexibilidad al mejorar el estado de nuestros huesos y músculos. Llevar una dieta equilibrada donde no exista carencia ni exceso de ningún nutriente y complementada con actividad física es lo más aconsejable para el bienestar de cualquier persona y para mantener un peso normal (varía según cada persona). Es preferible corregir los excesos con una dieta sana y ejercicio constante que no recurrir al milagro de dietas que a la larga pueden resultar perjudiciales para nuestra salud y que no están respaldadas científicamente.

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